jueves, 6 de abril de 2017

Paz interior.

Ojalá me sintiese como el Sol cuando penetra a través de mis párpados,
ese sentimiento de paz, ese sentimiento cuando estás en paz con tu «yo» interior.

El calor invade mi cabeza, y poco a poco recorre mi cuerpo.
Atrayendo a mi mente miles de imágenes que me hacen sentir plena.
Poco a poco dejó de sentir mi cuerpo, y vuelo, vuelo lejos de donde mi ser se haya.
Es precioso, puedo estar en un paraíso sin moverme de casa, del parque, o de cualquier sitio relajante.
Ojalá me sintiese así siempre.

Pero, de pronto abro los ojos, y vuelta a la realidad, noto el contraste frío, veo las cosas de un color azul verdoso, y todo es frío. Y mi corazón de fuego, se vuelve a congelar, me hace saber que quiere ser derretido por la felicidad.

Pero un día, no me hará falta cerrar los ojos, porque un día lo viviré con los ojos más abiertos que nunca.

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